miércoles, 30 de noviembre de 2011

Caracter


El término carácter deriva del verbo griego kharasso, que significa grabar o acuñar. El carácter es de naturaleza psicológico-social, es decir depende de la concepción que la persona tiene del mundo, del saber y de la experiencia acumulados, de los principios morales aprehendidos, de la dirección que otros individuos ejerzan y de la activa interinfluencia que con ellos la persona dada establezca. El carácter no es innato, se forma en el ambiente que crea la actividad del hombre, y depende de la educación.



El francés Renato Le Senne, es el creador de la caracterología más extendida en el mundo. Sus postulados se basan en el supuesto de que en el hombre existen tres propiedades constitutivas básicas, cuya presencia o ausencia ayuda a definir cada uno de los tipos que compone su clasificación:

  • La emotividad. Es aquella disposición o propiedad de nuestra vida mental por la cual nos podemos conmover o impresionar más o menos fuertemente ante un suceso, y que nos hace vibrar en todo nuestra vida orgánica y psíquica. La esencia de la emotividad consiste en ser conmovidos por acontecimientos de pequeña importancia. Los emotivos son individuos que se impresionan fácilmente, llegando a enojarse, entristecerse, alegrarse, etc., con relativa facilidad. Los que no padecen esta propiedad son quienes permanecen relativamente indiferentes ante los sucesos emotivos, resultando difícilmente afectados por ellos.
  •  La actividad. Es la disposición para obrar; para los activos el quedarse sin hacer nada constituye un verdadero tormento. En ellos, las ideas y las imágenes se traducen espontáneamente en acciones. Las personas activas se perciben en constante movimiento, aquellos a los que les basta una mínima sugerencia para desatar su actividad; en el caso contrario, los no activos tardan en llegar a la acción y, en casos extremos, casi nunca se les ve actuar. 
  •  La resonancia. Es la tercera propiedad fundamental. Cuando la resonancia de algún acontecimiento es inmediata y rápida en el ánimo de una persona, pero desaparece sin dejar ninguna ( o casi ninguna) huella con la misma velocidad con que había aparecido, se concluye que la persona tiene como característica ser primaria o de reacción primaria. Por el caso contrario, si en el individuo las impresiones permanecen largo tiempo, sin que se note la inmediatez de los cambios que percibimos en los primarios, entonces nos referimos a personas secundarias.
De la combinación entre emotividad ya sea presente o ausente, la actividad existente o no y la resonancia primaria o secundaria, es posible identificar ocho tipos caracteriológicos, que son: 
 
a)   Nervioso: emotivo, no activo, primario
b)   Sentimental: emotivo, no activo, secundário 
c)   Colérico: emotivo, activo, primário 
d)   Apasionado: emotivo, activo secundário 
e)   Sanguíneo: no emotivo, activo, primario 
f)    Flemático: no emotivo, activo, secundário 
g)   Amorfo: no emotivo, no activo, primário 
h)   Apático: no emotivo, no activo, secundário



Le Senne no pretende que sea factible encontrar ejemplos puros de cada uno de los tipos enunciados, sino que en mayor o menor medida éstos se encuentran mezclados en una misma persona, lo cual no significa que alguno de ellos no logre la preeminencia sobre los demás.


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